Calendario de embarazo en la semana 25

Qué sucede con el bebé

Para la semana 25 de embarazo, el bebé se parece a una pequeña calabaza. Su peso alcanza los 700 gramos y su longitud es de 25 cm. Para este momento, el feto se da la vuelta, poniéndose cabeza abajo y luego de nuevo. De esta manera, se está preparando para el parto. El bebé entrena sus pulmones y traga líquido amniótico, por lo que para la semana 25 casi todos los niños comienzan a tener hipo.
En esta etapa, comienza la producción de surfactante, una sustancia que ayuda a los pulmones a expandirse después del nacimiento y asegura la función respiratoria.
Los movimientos del bebé se vuelven más fuertes, ya que su peso y crecimiento aumentan diariamente. El bebé ya tiene su propio reloj biológico, que a menudo no coincide con el ritmo de vida de la madre: cuando la mujer se acuesta a descansar, el bebé comienza a estar activo.

Qué sucede con la mamá

En la semana 25, el estado de la mujer se vuelve más estable, ya que el riesgo de amenaza de aborto se reduce al mínimo. Además, el parto en este momento no es tan peligroso, ya que el bebé ya tiene todas las posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, es imprescindible prestar atención a tu bienestar. Ante cualquier queja o malestar, es mejor acudir al ginecólogo.

Estado del útero

La cavidad del útero pasa de una forma redondeada a una más alargada, y continúa aumentando de tamaño, el cual ahora se mide en cada visita al ginecólogo. La altura del fondo uterino puede determinar aproximadamente la edad gestacional y la posición del bebé.

Características de la micción

Las ganas de orinar se vuelven más frecuentes. Esto se debe a que el bebé crece y el volumen del líquido amniótico aumenta diariamente, lo que hace que el útero presione la vejiga. Muchas mujeres en la semana 25 experimentan urgencias nocturnas para orinar.

Dolores de cabeza

La causa del dolor de cabeza puede ser las fluctuaciones de la presión arterial o la fatiga excesiva. Si el dolor de cabeza impide llevar una vida normal y aparece sistemáticamente, es necesario informar al médico.

Sensaciones de tirón en la zona lumbar

La causa del malestar en la zona lumbar es la carga sobre la columna vertebral. Debido al crecimiento del útero, el centro de gravedad se desplaza y cambia la forma de caminar de la futura mamá. Al caminar durante mucho tiempo, estar de pie prolongadamente y realizar esfuerzo físico, es inevitable que duela la zona lumbar.

Estado de las glándulas mamarias

El pecho sigue aumentando de tamaño. A las 25 semanas ya pueden aparecer estrías, por lo que es importante cuidar adecuadamente la piel. Después de las 25 semanas, algunas mujeres pueden empezar a producir calostro. Este se libera del pecho en pequeñas cantidades y visualmente se asemeja a un líquido amarillento. Para ocultar este hecho a los demás, es necesario usar discos absorbentes desechables para el pecho.

Pigmentación de la piel

Para la semana 25, aparece una línea en el abdomen de la futura mamá. A veces puede formarse antes o después. Además, la mujer puede notar pigmentación localizada en el rostro. Para reducir la probabilidad de aparición de manchas oscuras en la piel, es necesario pasar menos tiempo bajo el sol y usar crema protectora con filtro.

Formación de edemas

Las causas de los edemas pueden ser diversos factores: insuficiencia venosa, consumo excesivo de alimentos salados, hipertensión arterial, patologías renales. Ante la aparición de esta queja, es necesario acudir al ginecólogo y realizar un examen. Algunos casos de edemas requieren tratamiento serio.

Secreciones vaginales

En condiciones normales, en la semana 25, las mujeres tienen secreciones vaginales escasas. Estas tienen un tono claro, se caracterizan por la ausencia de olor y no causan molestias. Después de la intimidad, la cantidad de secreciones puede aumentar.

Sangrados

25 semanas marcan el final del segundo trimestre del embarazo. Normalmente, una mujer no debería tener sangrados vaginales. Si aparecen secreciones marrones o rojas, es necesario acudir urgentemente al hospital de maternidad o llamar a una ambulancia. Las causas del sangrado pueden ser enfermedades del cuello uterino, erosiones de la mucosa vaginal, el inicio del trabajo de parto o complicaciones peligrosas del embarazo.

Relación con la comida

Durante todo el período gestacional, los hábitos alimenticios de la futura mamá pueden cambiar drásticamente. Para la semana 25, ya ha terminado completamente la toxicosis temprana y ha pasado la aversión a la comida. Sin embargo, las preferencias alimenticias pueden seguir acompañando a la mujer. En esta etapa, muchas rechazan la carne y no desean consumir requesón. La mayoría de las futuras mamás sienten antojo por lo dulce, salado y la repostería. Sin embargo, los ginecólogos no aprueban este tipo de dieta.

Aumento de peso

Dependiendo del estilo de vida, las preferencias alimentarias y la actividad física, las mujeres aumentan de peso de manera diferente. La masa corporal inicial también tiene una importancia considerable. Normalmente, para la semana 25 es necesario haber ganado entre 4 y 8 kg. Cuanto más llena estaba la futura mamá antes del embarazo, menor debería ser el aumento de peso.

Vida sexual

Si en las primeras semanas muchas mujeres temían la intimidad, para la semana 25 los miedos suelen desaparecer. Dado que el riesgo de interrupción en este período es mínimo y el vientre aún no causa grandes molestias, las futuras mamás pueden llevar una vida sexual activa. Es importante usar métodos anticonceptivos de barrera, ya que existe un alto riesgo de infección.

Estado emocional

Para la semana 25, la mujer embarazada se vuelve más tranquila y equilibrada. Sus arrebatos emocionales, causados por los cambios hormonales, son menos frecuentes. Este período se considera el más favorable para el bienestar de la futura mamá: las náuseas ya no la atormentan y el bebé aún no causa serias molestias con sus movimientos. Aparece la oportunidad de dedicarse a sí misma, viajar y pasear mucho.

Examen médico

En la semana 25 de embarazo, la mujer debe someterse a una serie de exámenes. No conviene rechazarlos, ya que los resultados proporcionan información completa sobre el estado de salud de la futura madre y su bebé.
Pruebas diagnósticas programadas:
  • análisis de sangre general – para controlar el estado del organismo;
  • análisis de orina general – proporciona información sobre el funcionamiento del sistema urinario;
  • medición de la circunferencia abdominal y la altura uterina – muestra si este indicador corresponde a la etapa del embarazo;
  • ecografía – se realiza en caso de dolores abdominales, secreciones inusuales, así como una disminución de la actividad motora del bebé;
  • frotis vaginal – se realiza en caso de quejas sobre secreciones extrañas.

Dificultades durante el embarazo

A pesar de que la semana 25 se considera tranquila y cómoda, la futura mamá puede enfrentar algunas dificultades.

Apertura prematura del cuello uterino

Se acompaña de sangrado y dolor. Si se detecta a tiempo, puede corregirse con un pesario o mediante la sutura del cuello uterino.

Parto prematuro

Comienza con contracciones o la rotura de aguas. Si se detecta a tiempo, puede detenerse o manejarse con cuidados intensivos para el recién nacido.

Preclampsia en la segunda mitad del embarazo

Se caracteriza por hinchazón del cuerpo y aumento de la presión arterial. Requiere hospitalización, tratamiento sintomático y supervisión de especialistas.

Insuficiencia placentaria

Se acompaña de una insuficiente llegada de nutrientes al bebé y falta de oxígeno. Conduce a un retraso en el desarrollo intrauterino y requiere corrección médica oportuna.

Infecciones del sistema genitourinario

Las enfermedades pueden tener un curso agudo o exacerbado. Requieren diagnóstico y tratamiento obligatorio, ya que aumentan el riesgo de formación de infecciones intrauterinas.

Qué se puede y qué no se puede

La semana 25 es un período relativamente tranquilo para una mujer embarazada. Sin embargo, la futura mamá no debe olvidar su estado. Es necesario seguir las recomendaciones médicas, someterse a exámenes médicos regularmente y prestar atención a su bienestar, y en caso de situaciones dudosas, consultar con el ginecólogo.

Qué PUEDE hacer la futura mamá:

  • practicar deporte – es mejor optar por el yoga, caminar diariamente, nadar, o hacer fitness para embarazadas;
  • tomar vitaminas y suplementos biológicos que el médico haya recetado – estos compensan la falta de sustancias necesarias y permiten prevenir complicaciones;
  • moverse más, pero con precaución – la actividad física prepara para el parto y mejora la circulación en la pelvis;
  • levantar pesos con cuidado – para no dañar la espalda, es mejor recoger objetos incómodos agachándose en lugar de inclinándose;
  • realizar procedimientos terapéuticos y preventivos que el ginecólogo haya indicado – su objetivo es mantener un buen estado de salud y prevenir complicaciones;
  • divertirse, si se siente bien – la compañía de amigos alegres, los viajes, paseos y excursiones solo beneficiarán a la futura mamá.

Qué NO PUEDE hacer la futura mamá:

  • Comer comida chatarra y consumir alcohol – esto aumenta la carga en el sistema digestivo y excretor, y también tiene un impacto negativo en el bebé;
  • Practicar deportes intensos – el esfuerzo físico excesivo aumenta el tono del útero y puede llevar a un parto prematuro;
  • Tomar medicamentos por cuenta propia – incluso las pastillas más simples pueden tener un efecto negativo en el bebé, tampoco se recomienda tratarse con hierbas y suplementos alimenticios;
  • Hacer movimientos bruscos – al cambiar de posición rápidamente puede ocurrir un aumento de la presión arterial;
  • Levantar objetos pesados – si es necesario cargar a un niño, se debe soltarlo lo antes posible;
  • Algunos procedimientos cosméticos – están prohibidos el maquillaje permanente, la depilación láser y la depilación con cera en la zona íntima;
  • Mostrar una actividad excesiva si se ha diagnosticado tono uterino, insuficiencia cervical, amenaza de parto prematuro y otras patologías del embarazo.

Alimentación adecuada

La alimentación racional es la clave para el buen estado de salud de la futura mamá y el correcto desarrollo del bebé. Una dieta variada y saludable cubre la cantidad diaria de nutrientes necesarios y previene la distorsión de los hábitos alimenticios. Además, una alimentación adecuada es una medida preventiva contra el aumento excesivo de peso.
En la semana 25 se recomienda:
  • La base de la dieta debe ser la proteína. Permite aumentar la masa muscular en lugar de la grasa. Además, la proteína es el componente básico de las células del bebé, lo cual es especialmente importante a partir de la semana 25. Se puede obtener de carnes magras, huevos, pescado, mariscos, lentejas y setas.
  • En el menú diario de la semana 25 es necesario incluir carbohidratos complejos. Ellos reponen las reservas de energía. Se pueden obtener carbohidratos de cereales, pasta de trigo duro y pan integral.
  • La ingesta de grasas en el organismo durante la semana 25 asegura la preparación de los tejidos para el parto y previene su desgarro. Para el bebé, las grasas saludables son tan importantes como para la madre. Se pueden obtener de frutos secos, aceite vegetal, pescado, productos lácteos y fermentados. Además, los quesos, el requesón, la nata y la leche son fuentes de calcio.
Durante el embarazo, incluyendo la semana 25, es importante elegir alimentos saludables y de calidad. Es recomendable optar por verduras y frutas de temporada, carne y pescado frescos, cereales integrales y productos lácteos fermentados. Es mejor cocinar por uno mismo, así la futura mamá puede estar segura de la calidad y los beneficios de la comida. La carne y los productos de origen animal necesitan una buena cocción. Las verduras es mejor someterlas a una mínima cocción para conservar todos sus beneficios.

Necesidad de vitaminas y minerales

En la semana 25, los órganos del bebé ya están formados. Continúan creciendo y desarrollándose. Para ello, el niño necesita una gran cantidad de nutrientes. Las vitaminas y minerales los obtiene del organismo de la madre. Él toma al máximo y, a menudo, esto lleva a una deficiencia de nutrientes en la mujer. Como resultado, aparecen problemas de salud y quejas sobre su propio bienestar.

Vitamina B1.

Con la deficiencia de tiamina, aparece el tono uterino, se deteriora la memoria, se ralentiza el desarrollo del feto en la semana 25 y se dificulta la transmisión de información genética. Para reponer la cantidad diaria ayudan:
  • zanahorias;
  • col;
  • espinacas;
  • nueces;
  • frutas secas;
  • patatas;
  • cereales germinados.

Vitamina B2.

Con la falta de esta vitamina, aparece insuficiencia placentaria, se deteriora la circulación sanguínea entre el niño y la madre. En la semana 25, la riboflavina participa en la organización del proceso de formación de glóbulos rojos y asegura la prevención de la anemia congénita. Con una alimentación adecuada, puede sintetizarse en el intestino de la mujer embarazada. Se puede obtener una porción adicional de:
  • carne magra;
  • pescado de río;
  • huevos de gallina;
  • requesón bajo en grasa;
  • nata casera.

Vitamina B3.

En la semana 25 de embarazo, el ácido nicotínico asegura un correcto intercambio de gases entre el bebé y la placenta. Esto es una buena prevención contra la hipoxia y el retraso del desarrollo intrauterino. La niacina se puede obtener de los alimentos:
  • carne roja;
  • pescado graso;
  • hígado y riñones;
  • huevos de gallina;
  • mariscos.

Vitamina B5.

Al final del segundo trimestre, asegura la biosíntesis de neurotransmisores. El ácido pantoténico es necesario para el correcto desarrollo de los procesos de regeneración. Es especialmente importante para las futuras mamás con baja inmunidad y aquellas que recientemente han pasado por enfermedades agudas. La vitamina B5 participa en la formación de la inmunidad innata, lo cual es relevante para el bebé en la semana 25. Las fuentes de ácido pantoténico son:
  • verduras verdes;
  • coliflor;
  • carne de ave;
  • ternera magra;
  • huevos de codorniz;
  • nueces del bosque.

Vitamina B6.

La piridoxina es importante para el funcionamiento del sistema cardíaco, vascular, nervioso y vegetativo. Esta sustancia en la semana 25 previene el envejecimiento prematuro de la placenta y la formación de calcificaciones. Una ingesta adecuada de vitamina B6 en el cuerpo de la mujer es una buena prevención de patologías vasculares congénitas en el bebé. Las fuentes alimentarias son:
  • cereales;
  • zanahoria;
  • patata;
  • tomate;
  • hierbas;
  • nueces;
  • cítricos.

Vitamina B7

Es necesaria en la semana 25 de embarazo, especialmente para mujeres con un aumento excesivo de peso. La biotina suprime el nivel de azúcar y regula los índices de insulina. Es una buena prevención de la forma congénita de diabetes para el bebé. Además, asegura la correcta absorción del calcio, lo cual es importante para el desarrollo del sistema musculoesquelético del bebé. Fuentes:
  • hígado;
  • naranjas;
  • plátanos;
  • guisantes;
  • pescado;
  • leche.

Vitamina B9

Una vitamina conocida por las futuras mamás desde las primeras etapas. En la semana 25 de embarazo, asegura el desarrollo del cerebro del bebé, ya que participa activamente en la formación de nuevas células. El ácido fólico mejora el estado de los vasos sanguíneos y normaliza el flujo sanguíneo, lo que previene la falta de oxígeno en el bebé. Las fuentes de esta vitamina son:
  • hierbas;
  • verduras;
  • plátanos;
  • nueces;
  • huevos;
  • legumbres.

Vitamina B12

A las 25 semanas, continúan formándose los haces de terminaciones nerviosas en el bebé, para los cuales es importante una adecuada ingesta de cianocobalamina en el organismo de la madre. Esta sustancia protege las células nerviosas y previene enfermedades congénitas. Al reducir el nivel de colesterol dañino, asegura la prevención de enfermedades vasculares. Se puede obtener la vitamina B12 de:
  • mariscos;
  • pescado;
  • huevos;
  • pollo.

Vitamina A

Si bien en las primeras etapas del embarazo la ingesta de retinol no es recomendable, para la semana 25 la necesidad de este aumenta significativamente. Esta vitamina asegura el correcto desarrollo de los órganos de la audición y la vista del bebé. Con una cantidad insuficiente de vitamina A, aumenta el riesgo de mortinato. Se puede obtener una porción adicional de retinol de:
  • zanahorias;
  • remolacha;
  • verduras;
  • pescado;
  • nata;
  • huevos;
  • queso.

Vitamina C

El ácido ascórbico ayuda a la futura mamá a mantener un sistema inmunológico fuerte durante todo el período gestacional. Para la semana 25, la necesidad de esta vitamina aumenta, ya que los pulmones del bebé se están preparando activamente para cumplir su función respiratoria. La vitamina C asegura los procesos metabólicos adecuados en todos los tejidos del organismo del bebé. Fuentes:
  • col;
  • perejil;
  • limón;
  • pomelo;
  • naranjas;
  • frambuesas.

Vitamina E

Si en las primeras etapas del embarazo el tocoferol mantenía un nivel adecuado de progesterona, en la semana 25 su tarea es asegurar el correcto funcionamiento de la placenta. Además, la vitamina E mejora la calidad del cabello, las uñas y la piel de la futura mamá. Se puede obtener una porción de tocoferol de los siguientes alimentos:
  • hígado;
  • aceites;
  • requesón;
  • huevos;
  • leche;
  • kéfir;
  • yogur;
  • caviar.

Vitamina D

Conocida vitamina liposoluble, necesaria para los niños durante el desarrollo intrauterino y en los primeros 2-3 años de vida. Su deficiencia conduce a la deformación de los huesos e incluso puede causar raquitismo. Por lo tanto, la futura mamá necesita pasar más tiempo al aire libre y consumir los siguientes alimentos:
  • pescado de mar;
  • quesos bajos en grasa;
  • mantequilla;
  • yema de huevo;
  • hígado y riñones.

Vitamina K

El complejo de vitaminas del grupo K incluye 3 sustancias: 2 naturales y 1 sintetizada artificialmente. Todas ellas son responsables de la correcta formación del sistema circulatorio. Sin vitamina K, en la semana 25 las mujeres pueden enfrentarse a trombosis venosa, más comúnmente en las extremidades inferiores y los vasos de la placenta. Por ello, es importante reponer diariamente el déficit de vitamina K y consumir:
  • frutas;
  • verduras;
  • leche;
  • yogur;
  • kéfir;
  • ternera;
  • ave.

Magnesio

A cada segunda mujer embarazada en la semana 25 se le prescribe una dosis adicional de magnesio. La deficiencia de este elemento conduce a espasmos, incluidos los uterinos. El resultado de la falta de magnesio puede ser partos prematuros, crisis nerviosas e insuficiencia placentaria. Para evitar la deficiencia de magnesio, es necesario incluir en la dieta diaria los siguientes alimentos:
  • frutos secos;
  • cereales;
  • legumbres;
  • semillas;
  • verduras;
  • hortalizas;
  • aceites vegetales.

Potasio

En conjunto con el magnesio, a las futuras mamás a menudo se les prescribe potasio. Este complejo de microelementos es necesario para las mujeres que tienen problemas cardíacos, presión arterial alta o baja, dolores de cabeza frecuentes y espasmos. El potasio asegura el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos y la presión arterial. En la semana 25, participa en el suministro de nutrientes y oxígeno al feto, ya que regula el flujo sanguíneo útero-placentario. Las fuentes de potasio son:
  • patatas;
  • espinacas;
  • melón;
  • plátanos;
  • pasas;
  • ciruelas pasas;
  • orejones.

Calcio

Para la semana 25 se completan los procesos de formación de los sistemas y órganos del bebé. En este momento se produce un crecimiento activo. El aparato locomotor del bebé aumenta diariamente. Para ello, necesita una cantidad suficiente de calcio. Se puede obtener de los siguientes alimentos:
  • queso;
  • requesón;
  • leche;
  • nueces;
  • cereales;
  • huevos;
  • carne;
  • cáscara.

Fósforo

Además del calcio, una mujer embarazada en la semana 25 necesita fósforo. El intercambio entre estos microelementos asegura el desarrollo normal de los huesos, la formación de los dientes de leche y permanentes, y la correcta formación de la futura fontanela. Las fuentes de fósforo son:
  • pescado;
  • ostras;
  • calamares;
  • nueces;
  • queso;
  • semillas;
  • carne;
  • requesón;
  • huevos.

Cobalto

Previene el aumento excesivo de peso en la futura mamá, lo que tiene un efecto positivo en el estado del bebé y facilita el proceso del parto. A las 25 semanas, se puede obtener cobalto de los alimentos:
  • calamares;
  • pescado;
  • gambas;
  • sardinas;
  • huevos;
  • queso;
  • aves.

Cromo

Asegura el correcto funcionamiento de la glándula tiroides. Es necesario en la semana 25, ya que reduce la probabilidad de desarrollar hipo e hipertiroidismo en el recién nacido. Se puede obtener una porción de cromo de la alimentación diaria:
  • setas;
  • tomates;
  • huevos;
  • queso;
  • ensaladas.

Sodio

El exceso de cloruro de sodio puede causar edemas y dificultar el funcionamiento de los riñones. Sin embargo, la deficiencia también conlleva consecuencias negativas, como el desarrollo de patologías del sistema cardiovascular y hematopoyético. Por lo tanto, a las 25 semanas es importante seguir consumiendo una cantidad suficiente de sal de mesa y no olvidar que también se encuentra en muchos alimentos:
  • agua;
  • queso;
  • pan;
  • productos cárnicos.

Hierro

Un nivel adecuado de hierro asegura el buen estado de salud de la mujer y una circulación sanguínea normal para el bebé. La falta de este elemento provoca debilidad, apatía y puede causar hipoxia. Fuentes de hierro:
  • ternera;
  • ternera joven;
  • vísceras;
  • caviar;
  • pescado.

Cobre

Participa en los procesos metabólicos y asegura un metabolismo normal. La deficiencia de cobre a las 25 semanas puede provocar obesidad, disfunción placentaria y retraso en el desarrollo del embrión. Se puede obtener este elemento de:
  • trigo sarraceno;
  • avena;
  • ternera;
  • ternera joven;
  • nueces.

Silicio

Es importante a las 25 semanas, ya que mejora el estado de los vasos sanguíneos. El silicio asegura un flujo sanguíneo uteroplacentario normal y previene la falta de oxígeno en el futuro bebé. La fuente de silicio es:
  • avena;
  • maíz;
  • lentejas;
  • guisantes;
  • alubias.

Selenio

Antioxidante natural que tiene un efecto positivo en la salud de la madre y del futuro bebé. El selenio elimina sustancias tóxicas del cuerpo de la mujer, lo que facilita el trabajo de la placenta y previene su envejecimiento prematuro. Se puede obtener de los siguientes alimentos:
  • pescado;
  • salvado;
  • semillas;
  • huevos;
  • requesón;
  • queso;
  • ajo;
  • lentejas.

Zinc

En combinación con el selenio, el zinc asegura el correcto desarrollo del feto en la semana 25. Participa en los procesos metabólicos, mejora la circulación sanguínea, limpia el organismo y aumenta la entrada de nutrientes a través de la sangre del cordón umbilical. Fuentes de zinc:
  • ajo;
  • almendras;
  • sésamo;
  • arroz;
  • gambas.

Consejos útiles

A partir de la semana 25, se produce un aumento activo del abdomen y de las glándulas mamarias. Para prevenir las estrías, es necesario elegir los productos de cuidado adecuados: utilizar aceites y bálsamos nutritivos. Para aliviar la carga en la espalda, es importante elegir un calzado cómodo y descansar con frecuencia. Es necesario prestar atención al estado de las piernas, ya que después del parto, las mujeres a menudo desarrollan varices.
El futuro papá debe asumir parte de las tareas difíciles: lavar los platos, lavar las cortinas, pasar la aspiradora, bañar a los hijos mayores, ya que el abdomen de la esposa solo seguirá creciendo, lo que dificultará las tareas habituales del hogar. Además, la futura mamá puede experimentar malestares periódicos. Es importante prestar atención al bienestar de la esposa y apoyarla moralmente.

Ejercicios para futuras mamás

Si no hay contraindicaciones, practicar deportes ligeros solo beneficiará a la futura mamá. Se puede apuntar a entrenamientos con un instructor o realizar ejercicios en casa.
Reglas principales de la carga:
  • ligereza – es mejor empezar con caminatas moderadas, natación, estiramientos no intensivos;
  • brevedad – es necesario comenzar con 10-20 minutos al día e incrementar si se siente bien;
  • regularidad – se debe practicar al menos 2-3 veces por semana.
Los ejercicios de resistencia, estiramiento muscular y cardio deben realizarse después de consultar con el médico. Las 25 semanas de embarazo son un período crucial, donde lo principal es no causar daño y solo después obtener beneficios.

Malestares durante el embarazo

Estreñimiento

Es común a las 25 semanas. Más de la mitad de las futuras mamás se quejan de irregularidades en el tránsito intestinal. Para mejorar la situación, es útil mantener una buena hidratación y consumir alimentos ricos en fibra. Si no hay resultados, el médico puede recetar laxantes seguros.

Dolor de cabeza

A partir de las 25 semanas, las mujeres pueden quejarse de pesadez en la cabeza. Una de las causas peligrosas es la hipertensión arterial. Además, los dolores de cabeza durante el embarazo se asocian con el aumento del volumen de sangre circulante y la insuficiente llegada de oxígeno al cerebro.

Calambres abdominales

Las contracciones de Braxton Hicks a las 25 semanas son normales. Es importante que no sean regulares y que el intervalo entre ellas no se reduzca. De lo contrario, este síntoma puede ser el inicio del trabajo de parto.

Aumento de la actividad motora del bebé

Cuando hay una insuficiente llegada de oxígeno, el bebé instintivamente "masajea" la placenta. La madre siente un aumento en la actividad motora del pequeño. Si esta situación persiste por más de 2 días, es recomendable consultar al ginecólogo.

Secreciones vaginales

Las secreciones blancas y espesas de la vagina son un signo de candidiasis. Si adquieren un color amarillento-verdoso y un olor desagradable, se trata de una inflamación. Es necesario realizar análisis y recibir tratamiento.

Dolor en las piernas

Las sensaciones de tirantez y presión en las piernas pueden indicar procesos de estancamiento y problemas de circulación. Además, a las 25 semanas, las mujeres se quejan de calambres en los músculos de la pantorrilla. Si el malestar reduce la calidad de vida, es necesario consultar a un médico.

Lista de verificación

  1. Revisar tu dieta, optando por productos de calidad sin conservantes ni colorantes.
  2. Hacerte análisis generales de sangre y orina.
  3. Visitar al médico para medir el perímetro abdominal, la altura del fondo uterino y el aumento de peso semanal.
  4. Apuntarte a clases de fitness para embarazadas y cursos de preparación para la maternidad.
  5. Revisar tu armario y, si es necesario, adquirir ropa nueva.
  6. Hablar con tu jefe sobre los detalles del permiso de maternidad, que comenzará en 5 semanas, o en 3 semanas si estás esperando gemelos.

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