Movimiento del feto durante el embarazo: los primeros tirones del bebé
El movimiento del feto es uno de los momentos más emocionantes de todo el embarazo. ¿Qué necesitas saber sobre esto? Este asombroso momento llega durante el embarazo para cada mujer. Al principio, es fácil confundirlo con la motilidad intestinal o la tensión de los músculos de la pared abdominal, pero con el tiempo, los movimientos se vuelven más fuertes y claros. A las 8 semanas de embarazo, el feto desarrolla terminaciones nerviosas y los primeros haces de músculos, que son responsables de la actividad motora. La intensidad y actividad de los movimientos son criterios diagnósticos para la salud del futuro bebé. Ya en el siglo pasado, se crearon pruebas diagnósticas que, mediante la motilidad fetal, permiten detectar la hipoxia y la insuficiencia fetoplacentaria. Pero, ¿cómo interpretar correctamente estos resultados? ¿Qué factores influyen en la motilidad del pequeño en el útero materno?
Primeros movimientos del feto
El sistema nervioso del embrión comienza a formarse en la sexta semana de embarazo. Ya en la séptima u octava semana se registran movimientos involuntarios, pero en este período el embrión aún es demasiado pequeño (su longitud es de solo 15–22 mm), por lo que la mujer no siente estos movimientos. En la décima u undécima semana se forman los centros de regulación motora en el cerebro. Entonces ocurren las primeras contracciones musculares voluntarias.
Después de que se completa el desarrollo de la placenta en el primer trimestre, el feto se encuentra en "natación libre" en el líquido amniótico, que lo protege de factores infecciosos, térmicos y mecánicos. Puede impulsarse por sí mismo contra las paredes del útero, pero debido a su tamaño y poca fuerza, estos empujones no los siente la mujer embarazada.
El momento decisivo llega entre la semana 16 y 22. El futuro bebé alcanza un tamaño de 18–22 cm, y su masa aumenta rápidamente hasta 150–300 g. Comienza a reaccionar a estímulos externos (sonoros, mecánicos).
Qué influye en el tiempo de percepción del primer movimiento
La primera sensación de movimientos del feto se nota en las embarazadas en diferentes momentos. ¿Por qué sucede esto? Hay varios factores que influyen:
- Características de la constitución corporal. En mujeres con sobrepeso o exceso de masa corporal, esto ocurre más a menudo en la semana 21-22. Los depósitos de grasa en la cavidad abdominal actúan como un amortiguador de los movimientos del niño. Las embarazadas delgadas notan el movimiento ya en la semana 18-19.
- En el primer embarazo, las mujeres suelen sentir los movimientos más tarde que en los siguientes. Esto se debe a que después del parto disminuye el tono de la pared abdominal anterior y las sensaciones de movimiento del feto ya son familiares para la mujer. Por lo tanto, en el segundo embarazo, ella los nota aproximadamente dos semanas antes.
- Cantidad de fetos. En un embarazo múltiple, la madre puede sentir sus movimientos ya en la semana 16 (o incluso antes).
- Expectativas de la madre. Si la embarazada espera activamente los movimientos del bebé y está constantemente atenta a sí misma, entonces los nota un poco antes.
Cómo se siente el movimiento fetal
La actividad motora del feto es captada por los mecanorreceptores, que se encuentran en las paredes de la cavidad abdominal y en los órganos internos. Por eso, al principio sus síntomas son inespecíficos. Las mujeres a menudo describen el movimiento como la sensación de «un aleteo de mariposa» o «el deslizarse de un pececillo» en el vientre. También se confunden los movimientos del niño con la actividad motora del intestino.
A partir de la semana 22, el movimiento se vuelve más perceptible. Se siente como una presión o «pataditas» en diferentes áreas del vientre, cuya intensidad aumenta con el tiempo. En el segundo trimestre, el niño puede cambiar libremente su posición en el útero. Al voltearse, se puede notar un cambio en la configuración externa del vientre. A veces, se ve claramente la huella de un pie.
En el tercer trimestre del embarazo, el feto crece hasta alcanzar los 40–50 cm de longitud y adopta una posición más estable. Sus empujones pueden ser dolorosos, ya que a menudo toca con sus extremidades la vejiga, el hígado o el estómago.
Factores de la actividad motora
El feto, estando en el útero, es capaz de reaccionar a diversos estímulos externos e internos. Su actividad motora depende de los siguientes factores:
- La hora del día. Muchas embarazadas notan que su hijo es más activo durante las horas de la tarde o de la noche.
- Relación con la alimentación. A menudo, la actividad motora aumenta después de que la madre haya comido, o, por el contrario, cuando tiene hambre.
- Las voces de personas conocidas. Los experimentos han confirmado que el feto, ya desde el segundo trimestre, puede reconocer las voces que oye con frecuencia. Estas pueden calmarlo o, por el contrario, activarlo.
- Ruidos externos. Los sonidos bruscos estimulan el movimiento.
- El estado psicoemocional de la madre. Durante el estrés, la excitación, la sensación de miedo o la depresión de la madre, el niño puede experimentar hipo o hiperdinamia.
- Una postura incómoda de la madre y el ejercicio físico. El niño se mueve más a menudo en estado de reposo o cuando se encuentra incómodo.
Norma de movimientos
La actividad del bebé en el útero materno aumenta gradualmente. En la semana 20, en promedio, realiza 160–180 movimientos, y el número máximo se observa en la semana 28–30 – 500–600. En el tercer trimestre, su número disminuye algo debido a la pequeña cantidad de espacio libre. Naturalmente, la madre solo siente los golpes más fuertes del feto.
¿En qué semana es aconsejable empezar a observar la frecuencia de los movimientos del bebé? Los especialistas recomiendan hacerlo desde la semana 28. Se entregan a la mujer unos formularios especiales con tablas, donde ella registra sus observaciones. El personal médico debe explicar obligatoriamente a la embarazada cómo hacerlo correctamente, en qué situaciones no debe entrar en pánico y cuándo es necesario consultar a un médico.
¿En qué semana se debe preocupar si no hay movimientos? Prácticamente todas las pacientes sienten los movimientos del feto antes del final de la semana 22. Pero si esto no ha ocurrido, es mejor consultar a su ginecólogo.
Movimiento y cardiotocografía
La cardiotocografía es un método de diagnóstico ultrasónico no invasivo que mide la frecuencia de los latidos cardíacos del feto. La norma de este indicador es de 120–160 latidos por minuto. Se realiza de forma programada en el segundo y tercer trimestre del embarazo después de una revisión por el ginecólogo.
El reflejo motor-cardíaco tiene un importante valor diagnóstico, el cual aparece en el feto a partir de la semana 28. Durante una cardiotocografía convencional, se realiza un monitoreo simultáneo de la actividad motora. A la embarazada se le da un control con un botón que debe presionar al sentir el movimiento del bebé. En estos momentos, la frecuencia de los latidos cardíacos en el ultrasonido aumenta de 15 a 30 latidos por minuto durante más de 10 segundos.
Si el niño permaneció tranquilo durante todo el examen, entonces se le pide a la embarazada que camine un poco por la consulta.
La ausencia del reflejo motor-cardíaco indica el desarrollo de insuficiencia fetoplacentaria, que se acompaña de una alteración en el suministro de sangre al feto.
Tabla de movimientos fetales
En la práctica ginecológica se utiliza una tabla de movimientos fetales, en la que la embarazada anota sus observaciones sobre la actividad motora del feto. Existen varias versiones de esta tabla:
- La tabla de Pearson ("Cuenta hasta diez") es la más utilizada. La observación se lleva a cabo desde las 9 de la mañana hasta las 21 horas de la noche. En este caso, es necesario anotar en una tabla especial la hora del décimo movimiento (por ejemplo, 12:30).
- Método de Cardiff. La mujer elige el momento para la observación por sí misma (pero también 12 horas) y registra cuándo ocurrió el décimo movimiento, cuyo tiempo se anota en un formulario especial.
- Método de Sadovsky. La embarazada, después de cenar, se acuesta sobre su lado izquierdo (estos factores contribuyen a aumentar la actividad motora). Durante cuatro horas, debe sentir más de 10 movimientos individuales.
Al utilizar los métodos de Pearson o Cardiff, la embarazada puede realizar actividades cotidianas, pero sin excesivas cargas físicas.
Síntomas alarmantes
Existen una serie de situaciones en las que una embarazada necesita buscar asistencia médica de inmediato:
- ausencia de actividad motora del bebé durante más de seis horas;
- los movimientos del feto de repente se debilitan notablemente y ocurren mucho menos frecuentemente;
- en el contexto de hipodinamia aparece un dolor agudo en el abdomen, se presentan secreciones sanguinolentas o purulentas de los órganos genitales;
- las aguas se rompen prematuramente o comienzan las contracciones.
Si durante la cardiotocografía se detecta una disminución de la actividad motora del feto, falta el reflejo motor-cardíaco, se recomienda la hospitalización de la embarazada en el departamento de patología, donde se realizan exámenes adicionales (análisis de sangre, dopplerografía, amniocentesis y otros), y se prescribe terapia de apoyo. Dado que el objetivo es preservar la vida de la madre y el niño, se discute la posibilidad de un parto prematuro (mediante cesárea).
Cuando no hay razones para preocuparse
A veces, el feto puede tragar líquido amniótico, lo que provoca contracciones rítmicas del diafragma (hipo), que la madre puede sentir. Esto es absolutamente seguro.
No hay que entrar en pánico si durante algunas horas se observa la ausencia de movimientos activos. El pequeño puede estar durmiendo en ese momento. Su ritmo diario a menudo no coincide con el de la madre.
Si es demasiado activo durante la noche e impide que la mujer descanse, es mejor adaptarse al ritmo del niño. Unas pocas horas de siesta durante el día permitirán recuperar completamente las fuerzas.
En el primer embarazo, a menudo se nota un movimiento activo del feto, que puede causar a la embarazada un considerable malestar o dolor. No hay riesgo de lesiones o trastornos de las funciones digestivas o urinarias. Esto no es un presagio de parto prematuro. A las embarazadas se les aconseja elegir una posición cómoda (de lado), usar ropa holgada, almohadas y colchones ortopédicos.